Todos hemos vivido situaciones concretas que no nos han dejado indiferentes y en las que acabamos preguntándonos:
“¿Por qué están las cosas como están?
Y, ¿quien impone las reglas de esta situación?”
Cuánto más pensamos, más nos enfadamos.
Y claro, ese sentimiento de impotencia nos golpea y pensamos...
“Bueno, de todas maneras no hay nada que yo pueda hacer,
Así que ¿por qué excitarse de esta manera?“
Deberíamos empezar a intentar cambiar esta tendencia.
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