Preocupación. Ese es el estado de un buen
número de vecinos del barrio del Real que se han visto afectados por una
decisión de la que no han sido informados ni consultados. ¿Por qué? Todo apunta a que
no se ha estimado conveniente el acercamiento de la Administración a estos
vecinos para explicarles en detalle de qué se trata el planteamiento que queda
reflejado en el documento del PGOU.
Una vez más se hace notoria la necesidad de dar un
paso hacia adelante y facilitar canales e instrumentos adecuados a la
ciudadanía responsable que reclama la actuación de un gobierno relacional e
integrador, que promueva la comunicación y la participación ciudadana más allá del derecho a la información. La
participación con letras mayúsculas ha sido la gran ausente en el PGOU en el
que tendrían que haber previsto los mecanismos de participación necesarios y no
solo de información pública.
No se ha contado con el principio de participación
ciudadana. El acuerdo de inicio de la formulación, modificación o revisión de
cualquier figura de planificación de ordenación estructural debería haber
estado acompañado de un programa de participación ciudadana en el que se hubieran
establecido los objetivos, estrategias y mecanismos suficientes para
posibilitar a los ciudadanos y entidades asociativas melillenses el derecho a participar en
el proceso de su elaboración.
Para poder participar de la discusión de un problema común a todos, es fundamental contar con la informacion suficiente. El que quiere participar con su opinion debe estar informado.
Entre
estos podrían haber figurado:
a) Sesiones abiertas al público explicativas
del contenido del avance, en especial de las decisiones estratégicas de
construcción de la ciudad y las posibles alternativas presentadas en la
tramitación del expediente.
b) Posibilidad de celebrar consulta popular
municipal, según la regulación establecida en la legislación básica de régimen
local, en caso de graves controversias ciudadanas sobre alguno de los aspectos
incluidos en el plan.
c) Material divulgativo, que deberían
prepararse junto con los documentos legalmente exigidos para los instrumentos
urbanísticos, al objeto de facilitar su difusión y comprensión.
Pero la Ciudad no contempla todos estos
elementos que darían sentido tanto a las aportaciones individuales como
colectivas. Una actitud institucional así, interpretaría la participación
ciudadana a la toma de decisiones acerca del diseño de la ciudad como en cuanto
al libre acceso a la información urbanística en su totalidad en beneficio de la
transparencia.
Habrá
que recordar a la administración local que la participación ciudadana comporta
muchos aspectos positivos:
• Refuerza
la calidad democrática de nuestras
sociedades.
• Incorpora
a la ciudadanía a las políticas públicas
• Apuesta
por una gestión municipal moderna,
transparente e inclusiva
• Corresponsabiliza
a los a los ciudadanos en el
proceso de transformación y cambio de las ciudades
desde una visión estratégica y solidaria.
• Consigue
mayores niveles de transparencia y
legitimidad a las políticas de diseño de la ciudad.
• Facilita
la generación de nuevas ideas y propuestas
colectivas que vayan más allá de las visiones
particulares.
Excelente síntesis de cómo se deberían hacer las cosas, Jorge. Un saludo.
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