Participación Ciudadana

domingo, 25 de septiembre de 2011

ESFUERZOS COMPARTIDOS PARA EL FUTURO DE MELILLA

¿Cuáles son los obstáculos o problemáticas que es preciso abordar y solventar para que Melilla deje de estar a la cabeza de las comunidades con las tasas más altas de pobreza, desempleo, fracaso y abandono escolar?


Estos problemas son la espada de Damocles que no descansa y se obstina en seguir cebándose con una parte muy grande de nuestra población entre la cual, la juventud es de las más afectadas de todo el país. Por el momento, y siempre según mi humilde opinión, la ciudadanía permanece, o más bien permanecemos como espectadores del devenir de la ciudad, escuchando, leyendo y viendo a través de los medios de comunicación local cómo los principales problemas de nuestra ciudad adquieren  movimiento y forma cual pelota de tenis en un partido de sets interminables.


Los principales problemas de esta ciudad ya son anacrónicos y nos convierten en ciudadanos de segunda, en enfermos crónicos a la espera de un trasplante que nos haga un poco más merecedores de parecernos al resto de ciudadanos del estado español.

¿Hay algún melillense de bien que no comparta el deseo de progreso próspero de nuestra ciudad? ¡Claro que no! En la calle reina hastío en lo referente a la política quizá porque pensamos que nuestro voto únicamente sirve para designar a los políticos que tomarán las decisiones por nosotros. La sociedad está reclamando un sistema más participativo, donde los ciudadanos tengan al menos voz en los temas importantes de ciudad. Quizá sea una pretensión que los políticos estén vinculados estrechamente con los votantes que les eligen para que así sientan la obligación de defender lo que interesa a los ciudadanos, en lugar del interés de sus respectivos partidos.


Los mismos que criticamos la distancia entre los políticos y la sociedad, entre la gestión pública y la calle, existe una ausencia de cultura de la participación importante. ¿Cómo y cuántas veces hemos asistido a reuniones asamblearias para tomar decisiones? ¿En cuántas reuniones convocadas por el colegio de nuestro hijo hemos participado? ¿Cuántos Consejos Sectoriales funcionan?

¿No será hora de empezar a preocuparnos todos de aportar nuestro granito de arena en el desarrollo de esta ciudad tan pequeña y compleja a la vez? ¿No será un buen momento para dar un impulso a la ciudadanía melillense participativa y activa? No hay que olvidar que para participar, hay que saber. Un esfuerzo compartido y responsable, siempre requiere de voluntad,  conocimiento y recursos, y hoy por hoy se dan todos los elementos para iniciar un proceso de participación que favorezca la cohesión y el trabajo en conjunto en pos de una ciudadanía melillense activa y participativa, que anime a la generación de un diálogo desde lo local y que ofrezca alternativas a los diferentes problemas a los que se enfrentan hoy los ciudadanos melillenses.  

El sentimiento de la ciudadanía es compartido y de sentido común (que en muchas ocasiones es el menos común de los sentidos). En Melilla, los políticos, los partidos, los agentes sociales y económicos, todos se tienen que poner de acuerdo en al menos dos asuntos: el empleo y la educación. Un pacto por el empleo y un pacto por la educación. Dejen las siglas, los intereses de partido, las tendencias ideológicas y siéntense a trabajar por el empleo y la educación. Sumen esfuerzos y recursos, firmen acuerdos, elaboren estrategias, encuentren recursos y sobre todo firmen un pacto de ciudad. Un pacto que les devolvería la credibilidad perdida por el desgaste y los discursos vacíos y el tiempo perdido en ataques y descalificaciones en ambas direcciones. Un pacto que devolviera a la ciudadanía el interés por lo público, que ayudaría a sentir la política como algo útil y cercano y, sobre todo, que sacara a nuestra ciudad de las estadísticas más preocupantes y del futuro nada claro que se nos presenta.


viernes, 2 de septiembre de 2011