Participación Ciudadana

jueves, 24 de noviembre de 2011

CINE Y CULTURA, UNA BUENA INICIATIVA


EAPN ORGANIZA LA GALA DEL VOLUNTARIADO



El próximo día 5 de diciembre se celebrará el Día Internacional del Voluntariado y no queríamos dejar pasar esta fecha tan importante.

El voluntariado es una implicación personal y colectiva de individuos en favor de sus comunidades. Combatir la pobreza es con frecuencia la razón que empuja a un gran número de personas a no llevar cuenta de las horas que donan voluntariamente a las organizaciones sociales y a las acciones que llevan a cabo.

En los días previos y posteriores al 5 de diciembre, serán innumerables los actos y celebraciones que se llevarán a cabo en muchas localidades de nuestro país y en el resto de Europa, generalmente organizados desde las diferentes plataformas, federaciones y coordinadoras de voluntariado.
En el marco del Año Europeo del Voluntariado, La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social de Melilla se quiere sumar a las entidades impulsoras de este día.

EAPN pretende, además de conmemorar este día, difundir la labor que realizan los voluntarios y voluntarias, con el objetivo final de globalizar la solidaridad, sin perder la perspectiva de que los auténticos protagonistas son las personas excluidas, marginadas, enfermas, inmigrantes, reclusas, o víctimas a las que atienden y ayudan esas personas voluntarias.

Por ello queremos invitar a la ciudadanía a asistir a la Gala del Voluntariado que tendrá lugar el próximo día 11 de diciembre en el Palacio de Exposiciones y Congresos en donde vamos a poder recibir información sobre la labor del voluntariado en diferentes organizaciones sociales de nuestra ciudad además de disfrutar de las actuaciones de un numeroso grupo de artistas locales y nacionales que se han implicado de una manera generosa en la celebración de esta Gala entre los que se encuentran:

Josh Prada, Dique Sur, El Mago Jesús Castejón, Rumba&Swing, Pedro bueno, Jesús González y la Ramirez-Mari Band, Funky Conection, el conjunto formado por Gonzalo Carmona, Cuco Heredia y Chicha Carmona, Mansilla&Gil, Mitchy Drk Light y el grupo musical Ceti Stars.
La entrada es gratuita pero con invitación que puede ser retirada en el Palacio de Congresos a partir del próximo viernes día 25.
Esta gala está patrocinada por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y contamos con la colaboración de la Viceconsejería de festejos

jueves, 10 de noviembre de 2011

Gestión de las emociones en la práctica del voluntariado

La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión de Melilla (EAPN Melilla), dentro del marco del Año Europeo del Voluntariado, va a llevar a cabo durante los próximos 16, 17 y 18 de noviembre en las instalaciones de Cruz Roja el curso “Gestión de las Emociones en la Práctica del Voluntariado” dirigido a voluntarios de las ONG melillenses y a cualquier persona que esté relacionada con el trabajo para la promoción de las personas en situación de riesgo y/o exclusión.
 
 Definir qué son las emociones continúa hoy siendo objeto de debate. Se puede considerar que las emociones son tendencias de respuesta con un gran valor adaptativo, que tienen evidentes manifestaciones a nivel fisiológico, en la expresión facial, la experiencia subjetiva, el procesamiento de la información, etc., que son intensas pero breves en el tiempo y que surgen ante la evaluación de algún acontecimiento antecedente.
 
El curso va a tener un componente práctica importante. La metodología de trabajo va a través de la ejemplarización de situaciones reales que va a acercar a los participantes a comprender una serie de conceptos, tales como: la empatía, la autoestima, la inteligencia intrapersonal e interpersonal, la asertividad, la congruencia… que, una vez puestos en práctica nos enseñan otra forma de actuar y pensar que nos ayudará a disfrutar de una vida más plena y conseguir, mediante una serie de técnicas y aprendizajes, favorecer nuestros logros personales y nuestra relación con los demás.


Las inscripciones pueden hacerse hasta el próximo 14 de noviembre. Para solicitar información pueden llamar al teléfono: 696965453 o a través del correo electrónico: eapnmelilla@hotmail.com

domingo, 30 de octubre de 2011

ESPACIO PÚBLICO Y MODELO DE CONVIVENCIA PARA MELILLA


Mirarse al espejo de vez en cuando, observando con ojos escrutadores y analíticos la imagen que te llega de vuelta, siempre es un ejercicio necesario, mucho más cuando pasa el tiempo y no hay forma de reconocer qué aspecto puedes tener.

Pero no sólo es importante reconocerse en la imagen reflejada. A veces no basta enfrentarse con la imagen de sí mismo. Seguramente hay que preguntarse también, qué hay detrás del espejo, qué oculta la propia imagen, cuál es la verdad de lo reflejado.

Creo que hay que felicitar al Instituto de las Culturas por haber ofrecido el medio (el espejo) por el que la ciudad ha podido mirar a una parte esencial de todo su contexto.  La I Jornada Religión, Ciudadanía y Espacio Público ha sido un éxito, tanto por la calidad de los conferenciantes, como por la implicación y participación del público que las ha seguido durante tres días. Ojalá sigan por ese camino.


Uno de los elementos que yo destacaría, además del elevado nivel de los ponentes y de los contenidos expuestos, ha sido el  ver  a tanta gente con esas ganas  de expresarse y, sobre todo, con la necesidad de compartir opinión y poner de relieve los problemas que reconocemos en esta ciudad relacionados con la convivencia, el desconocimiento de las culturas que conviven con nosotros y la falta de espacios donde compartir ideas e intercambiar opiniones. Estas realidades ya son para tomar nota.

Uno de los ponentes resaltó la idea sobre lo dañina que puede llegar a ser la ignorancia o la falta de formación y lo importante del conocimiento del otro. El conocimiento del otro siempre requiere de apertura y acercamiento. Un acercamiento natural, por el camino de la convivencia que ayude a limar las diferencias, ahondando más en todas aquellas cosas que nos unen y dejando a un lado aquellas que no ayudan a encontrarnos.

La creación del Instituto de las Culturas, que quiere favorecer la participación ciudadana para pasar de una coexistencia a una auténtica convivencia entre las distintas religiones y comunidades que residen en Melilla, es una decisión honorable y comprometida con la ciudad pero para conseguir estos objetivos no basta únicamente con llevar acciones, tan necesarias, como esta jornada.

Hay que dotar a la ciudadanía melillense de herramientas y espacios para que participe y tome el espacio público como propio y ponga en valor al ciudadano y su palabra empezando por la juventud. Hoy por hoy no contamos ni con los espacios ni con los recursos para ello.

Melilla tiene hoy día ante sí un reto muy importante. Hablamos de un reto de futuro y de consolidación de una sociedad que está fragmentada. Los que no somos musulmanes, vemos por ejemplo, que esta comunidad tiene sus propios antagonistas. Como siempre, la lucha de poder está presente. La cohabitación es excelente, pero no así la convivencia.

Desde pequeños asimilamos la cultura básica de la sociedad en la que vivimos. En base a ella, se van creando las actitudes, positivas o negativas, con las que cada persona se enfrentará al mundo que le rodea. Pero, ¿de qué cultura estamos hablando? ¿Qué papel juega la religión y la cultura a la hora de establecer criterios con respecto a la convivencia con tu semejante? ¿Tiene Melilla configurada su modelo de sociedad? ¿Es Melilla una ciudad donde se eduque para la convivencia?

Hasta hace poco, hablar de educación era sinónimo de escuela, no se concebía nada referente a educación si no se daba dentro del contexto de la escuela.  Pero hoy es distinto. Me gustaría que mi ciudad se convirtiera en un espacio educativo de referencia. El tiempo libre, por ejemplo, es un espacio privilegiado para poder desarrollar acciones educativas y la Ciudad Autónoma no propicia en la infancia y la juventud el aprovechamiento de ese tiempo libre a través de oferta educativa, dándose la paradoja que, en proporción,  el índice de monitores de tiempo libre formados es más alto que el de cualquier comunidad española.

Y hablando de educación, muchos colegios de infantil y primaria ya han hecho avances significativos en este sentido. El personal docente de nuestra ciudad está a la vanguardia de acciones y experiencias de educación intercultural, pero creo que no hay una continuidad más allá y el proceso educativo del niño/a se va atenuando conforme avanza en edad. Y ello va acompañado, a su vez, de una ausencia total de espacios y acciones en nuestra ciudad que avancen hacia esa dirección, hacia la educación en valores. Hacia los valores que queremos asumir como ciudad multicultural. Toda persona, grupo o sociedad se ha planteado, de una forma u otra, qué quiere ser, a dónde quiere llegar, cómo lograrlo y cómo transmitirlo a los demás. Vivir es elegir, es optar por unos valores u otros.

Pero no habrá valores reconocidos si no los elegimos, los proclamamos y los hacemos nuestros de una manera clara y palpable y eso sólo lo podremos hacer si nos ponemos a trabajar en el Modelo de Convivencia que queremos para Melilla. No el modelo que proponga la Institución sino el modelo que salga de un gran diálogo social. ¿No es un gran reto? Difícil, pero no imposible. Vamos con retraso.

Hay conocimiento y capacidad para ello. Pongámosle voluntad para diseñar un Proyecto Educativo para nuestra ciudad que abarque desde las edades más tempranas hasta la edad adulta y la educación permanente. Un proyecto integrador en el que situemos en primer orden a la persona y a aquellos valores que queremos para el hoy y para el mañana de nuestra ciudad.

Cohabitar puede ser fácil. Convivir es el reto.

miércoles, 12 de octubre de 2011

CAÑADA, REINA REGENTE Y EL COMISIONADO PARA COMBATIR LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN












Muchos de mis recuerdos de infancia se ubican en la carretera  Hidum, lugar donde viví buena parte de mi infancia y juventud. Algunos de ellos son de los que se quedan marcados de manera indeleble. Recuerdo sobre todo algunos rostros de mujer, de mujer mayor, de mujer rifeña con esos vestidos blancos con tocado en la cabeza, y esos profundos surcos en el rostro, rastro de tantos años vividos y sufridos por muchas de ellas trabajando de limpiadoras de portales sin fregona. Recuerdo el trasiego de niños y jóvenes desaliñados con sus garrafas vacías camino de la fuente de Trara en el barrio del Príncipe. A algunas de esas personas las he visto crecer haciendo ese camino. Algunos pudieron despegarse el sello de haber nacido pobres. Otros, desgraciadamente no. La pobreza ha sido para algunos, una extraña enfermedad hereditaria. Es más fácil caer en la pobreza si eres mujer o perteneces a una determinada clase social, nivel cultural, etc..., si tu situación laboral es precaria o careces de una red familiar o social sólida, si no dispones de recursos o si no tienes capacidad de “hacerte oir” a través de la participación como ciudadano, como persona con voz y voto, con derechos a recibir unas prestaciones o a denunciar determinadas situaciones.



El círculo vicioso de la pobreza es poderoso y a veces hasta caprichoso. Un día dejas de ser alguien, independientemente de tu apellido o de tu actual cuenta corriente. La pobreza es una situación que surge como producto de la imposibilidad de acceso y/o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un deterioro del nivel y calidad de vida de las personas: alimentación, vivienda, educación, asistencia sanitaria o acceso al agua potable. Por otra parte, la exclusión social da un paso más allá. Hace referencia a un proceso más amplio y complejo que acaba dejando al margen de los derechos y bienes a personas y colectivos, y de esto saben bien muchas familias que viven en los distritos IV y V. Muchas de ellas, se han visto afectadas por la herencia maldita de la pobreza y/o la exclusión.

Para entender un poco más el proceso de una parte muy importante de la población melillense que se afincó en los distritos de los que estamos hablando estuve buscando información adicional de la que disponía y pude encontrar un pequeño libro de Fernando Belmonte Montalbán titulado “La ley de extranjería de 1985 y la transformación del espacio público en la ciudad de Melilla” editado por el Instituto de las Culturas de Melilla, Colección Ciudadanía Plural. Agradezco y felicito al Sr. Belmonte por este trabajo y por haberme abierto una ventana a una parte de la realidad histórica de nuestra ciudad que ha permanecido para los melillense de mi generación en una especie de nebulosa amorfa.

En muchos de los párrafos de este excelente trabajo se descubren muchas vergüenzas de las que poco a poco la propia ciudadanía va superando pero que en otros espacios físicos y mentales, sigue enquistado.

 Hoy muchos melillenses seguimos siendo testigos de este injusto anacronismo de ciudad del que todos los gobiernos que han pasado han sacado su tajada electoral siendo al fin y a la postre responsables de la situación de esos barrios. En realidad, desde mi punto de vista, la realidad de Cañada y Reina Regente es el fruto de décadas de fracaso de las políticas sociales de las diferentes legislaturas y de un abandono casi institucionalizado y, si no están de acuerdo con un servidor, les invito a que se documenten con la lectura de algunos capítulos del libro que he mencionado.
El gobierno Imbroda ha tomado una decisión valiente y responsable. La que debieron haber tomado otros gobiernos hace décadas. La actitud es de responsabilidad. Desde mi punto de vista, la iniciativa viene con mucho retraso, pero no es algo que se le pueda reprochar a este gobierno.
La valiente apuesta del gobierno Imbroda en dar un impulso de igualdad y justicia social a esos distritos tendrá que ser evaluada para verificar su eficacia real y no se podrá evaluar en su justa medida si no se plantean objetivos alcanzables y medidas cuantificables.
En esto va a residir el éxito o el fracaso de la propuesta. En el punto de partida, en el diseño, en la programación y en la estrategia de la futura intervención. Estos elementos van a ser clave para que pueda culminar con éxito esta iniciativa, una iniciativa que no puede desarrollarse a corto plazo. Una intervención como ésta tendrá que ir más allá de esta legislatura por lo que es aún más esencial llegar a un consenso institucional para que pueda fraguarse un proyecto de futuro serio y responsable como es este.

Sin embargo, los primeros anuncios de lo que se pretende llevar a cabo, dan la impresión de ser muy básicos. Hablar de comisionado, de transversalidad y de medidas multisectoriales no está mal, pero miren ustedes, no son propuestas acordes con los tiempos y con los métodos de trabajo de hoy. Esto por una parte. Y por otra, da mucho miedo pensar que esta apuesta se puede convertir en otra forma más de luchas partidistas por “controlar” a una parte de la población.




No me cabe duda de la buena fe y de las ganas de hacer avanzar socialmente a una parte de la población melillense, pero no vamos a llegar a ninguna parte si no se llega a un acuerdo y a la firma de un Pacto Local por la Inclusión, es decir, un acuerdo político que contemple la visión de todos los partidos para conseguir un compromiso compartido por todas las fuerzas políticas para hacer de la inclusión un proyecto de ciudad en el que se comprometa el conjunto de las administraciones y se implique activamente a los actores sociales, en especial al Tercer Sector. La realización de procesos participativos que no cuenten con la oposición política corre el riesgo de ver frenada su continuidad y la aplicación de los acuerdos establecidos, en caso de producirse un cambio de color político en el gobierno actual.
Definir un modelo social de ciudad permite que ciertos acuerdos adquiridos sean transversales a los ciclos políticos, pues el modelo de ciudad debe ser el mismo para todos los colores, de ahí la importancia de definir y consensuar tal modelo un modelo hoy inexistente.

No debemos olvidar que es obligación de los poderes públicos garantizar de modo efectivo los derechos fundamentales a todas las personas. Entre esos derechos se incluye tener una vida digna, lo cual requiere contar con ingresos y servicios suficientes para poder vivir adecuadamente y una protección que permita tener una expectativa de vida y la capacidad de tomar decisiones de modo libre y autónomo y, por desgracia, la pobreza y la exclusión no solamente la sufren los vecinos de los Distritos IV y V. Podemos nombrar más zonas de la ciudad afectadas por índices preocupantes de pobreza como el Monte María Cristina. ¿Qué pasará entonces con esas zonas o con las personas que no vivan en esos barrios? ¿Tendrán que mudarse a la Cañada para mejorar su calidad de vida y beneficiarse de medidas extraordinarias? ¿Es del todo justo que el foco de atención fundamental se centre solamente en esas zonas de la ciudad?


Mi percepción de lo que yo creo que está pasando es que no sabemos qué modelo de ciudad queremos para el futuro, no tenemos una política social que se base en el modelo de intervención que incida en la prevención y en la lucha contra la pobreza y hay una falta de coordinación muy importante.


Hace escasas semanas podíamos saber de la intención de la Viceconsejería de la Mujer de poner en marcha un Plan de Inclusión para la Mujer, una iniciativa muy necesaria pero aislada ya que, por otra parte, la consejera de Bienestar Social también anunciaba su intención de poner en marcha otro Plan de Inclusión. Sumando propuestas, nos encontramos con un comisionado, dos planes de inclusión y no sabría decir cuántos servicios duplicados  y abundante presupuesto apuntando hacia un determinado número de  acciones que en lugar de disparar hacia la misma dirección para buscar eficacia en la intervención, lo hacen de manera independiente. ¿Eficacia? ¿Ahorro? ¿Rentabilidad?
Los Planes Autonómicos para la Inclusión Social son cada vez más un elemento definitorio de las políticas sociales en España. Y ello en paralelo al desarrollo del Método Abierto de Coordinación (MAC) de la Unión Europea y los Planes Estatales en esta materia. Estos elementos sí son acordes a los tiempos.
El objetivo de los Planes de Inclusión es responder al reto que la exclusión social plantea al conjunto de la ciudad, implementando las políticas necesarias para prevenir y paliar este fenómeno, contribuir a la consecución de un desarrollo social adecuado y promover la igualdad y la libertad de todas las personas que viven en Melilla.

El Plan debe articular la política de inclusión social de la Ciudad Autónoma de Melilla, y debe convertirse en el instrumento de coordinación de las distintas áreas municipales que trabajan con población en riesgo o situación de exclusión, así como de herramienta de comunicación, colaboración y coordinación con los otros agentes implicados en la inclusión social en la ciudad de Melilla: las Administraciones Estatal y Autonómica y las entidades de acción social.


Un Pacto Local por la Inclusión y el Primer Plan de Inclusión social para Melilla, haciendo especial hincapié en aquellas zonas más desfavorecidas. Esos son los elementos que, en mi humilde opinión, deberían plantearse para su análisis como herramientas para el cambio. Como botón de muestra, el Ayuntamiento de Málaga viene trabajando de esta manera desde hace cuatro años con unos resultados muy positivos. Ellos van avanzando hacia su V Plan de Inclusión. La Ciudad Autónoma tiene acuerdos con la vecina capital andaluza para otros temas ¿Por qué no en materia de Servicios Sociales?
¿Por qué no nos podemos poner al día en todas estas cuestiones y dejamos las ideas, mejores o peores, para otros? En una ciudad como la nuestra en los que los índices de pobreza están a la cabeza del resto de comunidades autónomas, tenemos la obligación y la urgencia de ir a la vanguardia en asuntos tan importantes como la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Debería ser una prioridad para la Ciudad Autónoma ponerse al día en estas cuestiones y revisar, por ejemplo, el Reglamento Regulador de Medidas para la Inclusión Social de Melilla (BOME NUM 3907) ya que data del año 2002.
Estoy convencido de que es necesario en este momento hacer una reflexión sobre los logros y las limitaciones de lo hecho hasta ahora en política social, y dar un paso cualitativo y operativo hacia el desarrollo de una política social acorde a la nueva estrategia europea 2020 en torno a un Pacto Local por la Inclusión y al Primer Plan de Inclusión Social de la Ciudad Autónoma de Melilla sumando esfuerzos junto con las ong´s de acción social, la administración local, la estatal y el conjunto de actores sociales de nuestra ciudad para disminuir los altos índices de pobreza. Creo que avanzaríamos mucho más seguros y decididos que no con otras ideas, con muy buenas intenciones, pero fuera de la órbita y de las experiencias de trabajo del resto del Estado y de la propia Unión Europea.

domingo, 2 de octubre de 2011

LAS ONG MELILLENSES DE ACCIÓN SOCIAL PIDEN PARTICIPAR

La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social de Melilla (EAPN Melilla) quiere poner el acento en la importancia de iniciar una colaboración real y efectiva con la administración local.

domingo, 25 de septiembre de 2011

ESFUERZOS COMPARTIDOS PARA EL FUTURO DE MELILLA

¿Cuáles son los obstáculos o problemáticas que es preciso abordar y solventar para que Melilla deje de estar a la cabeza de las comunidades con las tasas más altas de pobreza, desempleo, fracaso y abandono escolar?


Estos problemas son la espada de Damocles que no descansa y se obstina en seguir cebándose con una parte muy grande de nuestra población entre la cual, la juventud es de las más afectadas de todo el país. Por el momento, y siempre según mi humilde opinión, la ciudadanía permanece, o más bien permanecemos como espectadores del devenir de la ciudad, escuchando, leyendo y viendo a través de los medios de comunicación local cómo los principales problemas de nuestra ciudad adquieren  movimiento y forma cual pelota de tenis en un partido de sets interminables.


Los principales problemas de esta ciudad ya son anacrónicos y nos convierten en ciudadanos de segunda, en enfermos crónicos a la espera de un trasplante que nos haga un poco más merecedores de parecernos al resto de ciudadanos del estado español.

¿Hay algún melillense de bien que no comparta el deseo de progreso próspero de nuestra ciudad? ¡Claro que no! En la calle reina hastío en lo referente a la política quizá porque pensamos que nuestro voto únicamente sirve para designar a los políticos que tomarán las decisiones por nosotros. La sociedad está reclamando un sistema más participativo, donde los ciudadanos tengan al menos voz en los temas importantes de ciudad. Quizá sea una pretensión que los políticos estén vinculados estrechamente con los votantes que les eligen para que así sientan la obligación de defender lo que interesa a los ciudadanos, en lugar del interés de sus respectivos partidos.


Los mismos que criticamos la distancia entre los políticos y la sociedad, entre la gestión pública y la calle, existe una ausencia de cultura de la participación importante. ¿Cómo y cuántas veces hemos asistido a reuniones asamblearias para tomar decisiones? ¿En cuántas reuniones convocadas por el colegio de nuestro hijo hemos participado? ¿Cuántos Consejos Sectoriales funcionan?

¿No será hora de empezar a preocuparnos todos de aportar nuestro granito de arena en el desarrollo de esta ciudad tan pequeña y compleja a la vez? ¿No será un buen momento para dar un impulso a la ciudadanía melillense participativa y activa? No hay que olvidar que para participar, hay que saber. Un esfuerzo compartido y responsable, siempre requiere de voluntad,  conocimiento y recursos, y hoy por hoy se dan todos los elementos para iniciar un proceso de participación que favorezca la cohesión y el trabajo en conjunto en pos de una ciudadanía melillense activa y participativa, que anime a la generación de un diálogo desde lo local y que ofrezca alternativas a los diferentes problemas a los que se enfrentan hoy los ciudadanos melillenses.  

El sentimiento de la ciudadanía es compartido y de sentido común (que en muchas ocasiones es el menos común de los sentidos). En Melilla, los políticos, los partidos, los agentes sociales y económicos, todos se tienen que poner de acuerdo en al menos dos asuntos: el empleo y la educación. Un pacto por el empleo y un pacto por la educación. Dejen las siglas, los intereses de partido, las tendencias ideológicas y siéntense a trabajar por el empleo y la educación. Sumen esfuerzos y recursos, firmen acuerdos, elaboren estrategias, encuentren recursos y sobre todo firmen un pacto de ciudad. Un pacto que les devolvería la credibilidad perdida por el desgaste y los discursos vacíos y el tiempo perdido en ataques y descalificaciones en ambas direcciones. Un pacto que devolviera a la ciudadanía el interés por lo público, que ayudaría a sentir la política como algo útil y cercano y, sobre todo, que sacara a nuestra ciudad de las estadísticas más preocupantes y del futuro nada claro que se nos presenta.


viernes, 2 de septiembre de 2011

jueves, 25 de agosto de 2011

“Nuevas Generaciones, Generaciones Nuevas”

Me gusta estar informado de lo que pasa en mi ciudad, de lo que algunos argumentan y de lo que otros critican (la crítica constructiva siempre). Pero en algunas ocasiones es decepcionante leer o escuchar algunas aseveraciones, además, por parte de personas que representan a organizaciones. Para ser rigurosos y serios hay que documentarse, leer, preguntar, tener certezas.


El tema juvenil melillense para mí es especialmente sensible, quizá por la etapa que viví hace ya algunos años como impulsor junto a un grupo de compañeros del Consejo de la Juventud, una entidad que hoy desgraciadamente no existe pero que, al menos en la etapa en la que yo viví, trató de reivindicar, denunciar y exigir mejoras en lo que se refiere al desarrollo de las transferencias en materia de juventud, como por ejemplo, la escasa importancia que ha concedido y concede en la actualidad la administración local a la política juvenil en nuestra ciudad infradotando al área de juventud con un presupuesto de 500.000€ (cifra que representa el 0,2% del presupuesto de la Ciudad Autónoma) es decir, que de cada 500€ que gasta el Gobierno de Melilla, tan sólo se destina 1€ al área de Juventud, lo cual demuestra el escaso interés del ejecutivo local por el desarrollo de una política juvenil seria y responsable. Por tanto, después de escuchar la rueda de prensa del pasado 23 de agosto de NNGG, esta organización debería saber que Juventud se transfirió en el año 1997. El compromiso de dotar y desarrollar la política juvenil en Melilla es de la Ciudad Autónoma. El INJUVE no tiene la responsabilidad de financiar la política juvenil melillense. La información juvenil es una obligación del gobierno local.  ¡No confundan!

Para decirlo más claro. El interés del gobierno de turno por el desarrollo de una política juvenil es directamente proporcional al presupuesto y las dotaciones que se destinan a ello. Pero desgraciadamente, el actual gobierno no ha sido el único en demostrar este “interés”. Desde el año 99 hasta hoy han gobernado todos los partidos y los que ya no están, confirmando la tendencia de abandono y desafección por el desarrollo de una política juvenil comprometida y capaz que fuera más allá de una serie de actividades de ocio y deporte.


Actualmente nos hallamos por un lado, ante una política juvenil totalmente peregrina e infradotada económicamente y, por otro lado, con una de las poblaciones jóvenes más numerosas del Estado con un buen número de problemas, además de los propios de una ciudad como la nuestra, en torno a las necesidades, las demandas sin cauce de participación, y las motivaciones de miles de jóvenes. Y ¿qué hace la administración local si ni tan siquiera recoge esas demandas y motivaciones? ¿Cuáles son los mecanismos actuales de participación juvenil? ¿O es que resulta que tenemos unos representantes políticos que confunden la participación juvenil con los torneos deportivos, de vídeo consolas o la Gran Movida? … No por favor. Si es así, estamos perdidos.

Algo no marcha bien, es evidente. Las pocas acciones que salen desde la viceconsejería de Juventud son en un 95% actividades de ocio o deporte

Lamentablemente, desde mi punto de vista, la política juvenil de hoy no se diferencia mucho de la que se hacía hace 20 años, es decir, la administración local no cuenta con estructura ni dotación suficiente para articular un plan a corto, medio o largo plazo que recoja las principales demandas de los jóvenes melillenses que se traduzcan en objetivos y acciones evaluables en una programación a lo largo del año.


La política juvenil no es solamente ocio o deporte y no se hace desde los despachos ni desde las ocurrencias más o menos acertadas del político de turno. Más bien al contrario. Para llevar acabo una política juvenil actual, es decir, del siglo XXI, no solamente basta con creer qué quieren los jóvenes de nuestra ciudad sino que se debe averiguar con exactitud cómo piensan y qué necesitan en su vida diaria y para ello hay que pulsar de forma permanente la opinión de la población joven a través de diferentes medios que aborden materias de toda índole. Todo esto es imprescindible para poder marcarse objetivos. Queda claro entonces que para hacer política juvenil hay que contar con los jóvenes. Habrá que recordar una vez más a los que administran nuestros impuestos que las acciones que se diseñen para la juventud, hay que hacerlas contando con las opiniones y las ideas de la propia juventud melillense.

Por ello la participación juvenil es imprescindible en este proceso. Y hablo de la participación juvenil que desde hace años no se estimula. Baste observar la inoperancia manifiesta que desde hace dos años alcanza al Consejo Sectorial de Juventud del que fui elegido miembro permanente. Desde todo este tiempo no he recibido ninguna comunicación ¿Algún motivo relevante? Sería deseable que la nueva responsable del área reactivara este mecanismo de consulta no vinculante y que de alguna manera la administración local se preocupara por dinamizar la participación de la juventud en la toma de decisiones que les afecta. En esto radica el cambio en la manera de hacer política de juventud. Contar con los jóvenes para diseñar y ejecutar las políticas que les afectan. Establecer mecanismos para que esto sea posible y que participen.





Porque la participación es un elemento clave en el desarrollo de los jóvenes como personas y como ciudadanos ya que el principal proyecto en esta etapa de su vida es superar la dependencia de su familia y preparar sus propias opciones para incorporarse a la sociedad de modo pleno y autónomo. Y esto se aprende participando activamente en lo que les afecta y les interesa. Estoy seguro que el Sr. Consejero de Presidencia está convencido de la importancia de propiciar la participación juvenil.


Seguramente, a los dos miembros de NNGG que ofrecieron la rueda de prensa, no les han contado que el año 2002 se aprobó por unanimidad el primer Plan Integral de Juventud de la Ciudad Autónoma de Melilla para el período 2002-2006. Y tampoco les habrán contado que miembros de NNGG junto con jóvenes de 8 entidades juveniles de nuestra ciudad estuvieron trabajando para debatir y consensuar el borrador de este documento final durante el 24 y 25 de noviembre del año 2001 en el albergue de Rostrogordo. Eso es participación juvenil. Estaría muy bien que conocieran el contenido de ese Plan porque en él no sólo se ofrecían propuestas de ocio.





Pero que nadie se lleve a engaño. Ese primer Plan Integral se aprobó con presupuesto 0€. Una auténtica burla y despropósito por parte de la Consejería de Educación, Juventud y Mujer que por aquél entonces llevaba el PSME, aunque bien es cierto que ningún grupo de la Asamblea alzó una sola voz para enmendar este teatrillo de pésimo gusto. Como se puede ver, nadie se libra del despropósito en el fracaso de desarrollar la política juvenil en nuestra ciudad.





Un Plan Integral de Juventud es un programa de intervención en el que se establecen las bases y actuaciones necesarias para favorecer el desarrollo integral de los/as jóvenes y su participación activa en nuestra ciudad. Parte de la concepción de la persona como un todo, y de los/as jóvenes como elementos de atención específica en todos los ámbitos de la vida comunitaria.



Estos planes parten de una amplia consulta realizada a asociaciones, entidades y grupos de jóvenes; así como de un estudio sobre la población juvenil para recoger sus demandas y necesidades. Recordemos que el único estudio sobre la realidad juvenil de Melilla se hizo el año 2001 por petición del entonces y hoy extinto Consejo de la Juventud de Melilla.

Además, el plan es integral si su objeto es conseguir la integración de aquellos sectores sociales (en nuestro caso, juveniles) más desfavorecidos. El Plan debe estar dirigido hacia esas zonas y colectivos que están en unas condiciones sociales y económicas vulnerables y/o de exclusión.

Si o fuera asi, no sería un Plan Integral. Y por su puesto e insistiendo en la idea, tiene que ser participativa. Significa que ha de ser un plan diseñado y puesto en marcha CON los jóvenes y no PARA los jóvenes. La idea esencial es que sean los jóvenes quienes realicen un autoanálisis de su realidad y elaboren sus propias políticas y mecanismos de actuación.

De esta manera y no de otra, la Viceconsejería de Juventud abriría nuevas expectativas en un intento de realizar una política para y con los jóvenes melillenses. Aprender de la participación con los jóvenes a fin de elaborar un proyecto común que integre a este sector de población tan importante para el futuro de la ciudad en toda su extensión desde los más a los menos favorecidos socialmente.

El reto es importante y apasionante.





jueves, 11 de agosto de 2011

"EL PESCADOR SATISFECHO"

... A todo el mundo le gustan los cuentos. En todas las culturas son fuente de aprendizaje inicial y para mí lo siguen siendo...

Tras la lecutra de alguno de ellos, es preciso dejar hablar al corazón, no al cerebro.

El rico industrial del Norte se horrorizó cuando vio a un pescador del Sur tranquilamente recostado contra su barca y fumando una pipa.


¿Por qué no has salido a pescar?
le preguntó el industrial.


Porque ya he pescado bastante por hoy
respondió el pescador.


Y por qué no pescas más de lo que
necesitas?, insistió el industrial.


¿Y qué iba a hacer con ello?
preguntó a su vez el pescador.


Ganarás más dinero, fue la prespuesta.
De este modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces
podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces
ganarás lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que
obtendrías más peces y más dinero.
Pronto ganarías para tener dos barcas...
y hasta una verdadera flota. Entonces
serías rico, como yo.


¿Y qué haría entonces? preguntó
de nuevo el pescador.


Podrías sentarte y disfrutar de la vida
respondío el industrial.


¿Y que crees que estoy  haciendo en este preciso momento?
respondió el satisfecho pescador.

("El Canto del Pájaro.- Anthony de Mello)

Para los/as que le gustan los esquemas, lo contaremos de otra manera pero en lugar de peces y barcas, con vacas:


Y para terminar, quería compartir un vídeo (Intermón Oxfam) a propósito del sistema "perverso-económico" o "demoníaco-económico" o como queráis llamarlo de cuyas consecuencias nadie se atreve a hacer previsión alguna. Con un poco de sentido común, y ninguna venda al alcance de la mano con la que taparnos los ojos, el final no debe andar muy lejos, desde mi punto de vista.





jueves, 28 de julio de 2011

PARTICIPACIÓN CIUDADANA DE CALIDAD EN MELILLA: ¿FÁCIL O DIFÍCIL?

El pasado 20 de julio, El consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Abdelmalik El Barkani, participó como ponente en el Curso Internacional de Verano ‘Liderazgo y gobernanza local en el marco de la Unión Europea. Nuevos horizontes’. En esta ponencia aportó su visión práctica de cómo se aplican las políticas para la atención ciudadana y ejemplos para la participación de la sociedad melillense. Ya de por sí, que la Ciudad aborde en este tipo de espacios formativos temas como el liderazgo y la gobernanza en el marco de la Unión Europea, es algo que se debe destacar y desde aquí felicito por que me parecen elementos esenciales para el desarrollo de nuestra comunidad. Sin embargo, quedaron en el tintero de su exposición elementos de análisis, yo diría que esenciales.

No podemos dejar pasar por alto el abandono institucional de los Consejos Sectoriales de la Mujer y Juventud así como la inexistencia del Consejo Sectorial de Bienestar Social. Si estos consejos son actualmente los órganos de participación, consulta y asesoramiento no vinculante que la Administración Local reconoce legalmente con el fin de encauzar la participación de los distintos sectores sociales afectados y la propia Administración en la programación y ejecución de las políticas de la Ciudad Autónoma de Melilla, ¿por qué no funcionan, algunos,  desde hace más de dos años? ¿Dónde queda entonces la participación de la ciudadanía melillense en los procesos de mejora y posible innovación que apuntan a cambios en la realidad que nos implican?

Otro elementode análisis se encuentra en la realidad del asociacionismo melillense. El fortalecimiento de un tejido asociativo ciudadano fuerte e independiente. El desarrollo de una auténtica participación ciudadana ha sido y es una asignatura pendiente en la política pública melillense. Desgraciadamente, durante décadas, junto al discurso de la democracia participativa ha prevalecido la falta de interés y de formación de los políticos y de los técnicos de algunas consejerías, la desconfianza hacia la participación ciudadana, a la contestación y el pensamiento crítico, a la perdida del poder. Y eso ha favorecido la deriva hacia el estancamiento y la instauración de una relación asociación-administración local casi de prestaciónde servicios, es decir, la entidad accede a la subvención y aquí termina la relación.

El Comité Director de ministros del Consejo de Europa para la Democracia Local y Regional (CDLR)en 1998, ya dio lugar a la publicación de un informe sobre la participación delos ciudadanos en la vida pública en el nivel local entre los que se encuentran las siguientes recomendaciones:

Intensificar la comunicación entre los ciudadanos y sus representantes electos; Mejorar las posibilidades de participación, en especial de los ciudadanos que tienen más dificultades en participar activamente; Incrementar el influjo de los ciudadanos en la planificación municipal, en las decisiones estratégicas para la entidad local y en sus condiciones de vida.

Más adelante, el mismo comité de Ministros, el 6 de diciembre de 2001 identifica tres problemas principales relacionados con la participación ciudadana: Un declive del interés del público y un sentimiento de hastío con respecto a la política; La dificultad de implicar más al público mediante las formas directas o populares de consulta y participación; Las debilidades de las instituciones de la democracia representativa local, que hacen el sistema menos eficaz, transparente y responsable.

Recuperar el rumbo de la auténtica participación ciudadana en Melilla no va a resultar fácil. No sólo por que nos afectan los problemas “globales” sino que además se suman los “locales”. Incluso en el escenario más idílico, con melillenses muy preparados para participar, políticos muy predispuestos a que lo hicieran y una vida política intensa y estimulante, los recursos que el ciudadano melillense medio podría dedicar a la vida política serían finitos debido a su falta de cultura participativa y al recurso tan limitado como es el tiempo. Sin embargo, estos recursos mal repartidos no tienen porque coincidir en las mismas personas y grupos.
Podemos encontrar personas con mucho tiempo libre, pero que carecen de una gran capacidad de procesar información, de sentimiento de competencia política o de la estabilidad emocional necesaria para implicarse en los asuntos colectivos, del mismo modo que podemos encontrar personas con una fuerte motivación y sentimiento de eficacia política adquiridos en una larga experiencia asociativa, a pesar de carecer de una amplia educación formal.

La responsabilidad de propiciar y promocionar la participación ciudadana recae en la administración ya que la Ciudad Autónoma debe tener una perspectiva amplia de los procesos de participación para poder incorporar a todas aquellas personas que tienen interés en el desarrollo de nuestra ciudad y para ello, no debemos olvidarlo, son necesarios medios económicos, personal formado, organización adecuada y compromiso con la mejora de la calidad democrática, tanto en el ámbito representativo como el participativo.

Pero una parte de la tarea nos corresponde a quienes trabajamos por la participación social, por el fortalecimiento de la ciudadanía, y es contribuyendo a que todos tomemos conciencia crítica de lo que ocurre. Es imprescindible para que las cosas cambien.

Si el señor consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Abdelmalik El Barkani está empeñado en trabajar desde la perspectiva de la participación ciudadana, estoy seguro que muchas cosas van a cambiar para bien en esta ciudad. Sus declaraciones sobre la creación de un reglamento de participación ciudadana para todas las áreas de la ciudad tiene que ser recibida por la ciudadanía consciente con mucha ilusión. Sin embargo, a la Administración Local hay que recordarle que de nada sirve crear canales, órganos, reglamentos para constatar la existencia de ese derecho, si ese derecho no se ejercita. Se podría afirmar que los derechos de las personas sólo existen en la vida real, cuando son ejercitados, cuando son practicados.

"EL AYUNTAMIENTO PONE LA MÚSICA. PON TÚ LA LETRA"

No hace falta irse hasta Suiza para conocer experiencias de participación directa. Ya son muchísimos los municipios y ciudades de nuestro país que han incorporado, muchos desde hace muchos años, espacios y fórmulas de participación ciudadana vinculadas a la corresponsabilidad y a la implicación en los procesos de desarrollo local. Nuestra ciudad, nuestro pueblo, nuestro barrio es sobre todo lo que hacemos con ella y en ella, los ciudadanos y las interacciones que llevamos a cabo.
Hoy traigo lo que creo que es un ejemplo de buenas prácticas relacionales y participativas. Las vecinas y vecinos de Cabermeja participan de las decisiones que se toman en su pueblo. Establecen las necesidades del municipio, construyen las propuestas para darles solución y las priorizan mediante un sistema democrático y universal. Y esto a través de Presupuestos Participativos.

Es solo un ejemplo de la apuesta por parte de los responsables políticos de ese pueblo por llevar adelante un ejercicio de democracia participativa responsable. No es imposible. Es muy posible

La escucha activa es necesaria y a la vez revolucionaria ¿Qué quieren las personas? ¿Qué necesitan los jóvenes? ¿Qué se necesita en nuestro barrio? ¿Qué puedo aportar yo?

¿Existen espacios para el encuentro y la participación en Melilla?
Vamos con muchísimo retraso.

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lunes, 4 de julio de 2011

SUIZA NOS DA LECCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA



"...Cuando hace dos años me encontré en Bilbao con un compañero de Slow Food Suiza, en aquellos momentos presidente de este movimiento en su País, me aseguró que si Suiza no formaba parte aún de Europa , no era por no renunciar al secreto bancario , era por algo mas importante..."

"...Creo que de ahora en adelante uno de los objetivo de la ciudadanía, tendría que ser el de conseguir el derecho a convocar desde el pueblo, Referéndums Vinculantes al estilo Suizo , para corregir los desmanes de tanto político corrupto y votar solo a partidos o plataformas que defiendan esta opción..."

"...El movimiento de los indignados no puede exponerse a perderse en decenas de nobles propuestas. Todas ellas se conseguirán mucho mas fácilmente si el pueblo puede legislar directamente desde las Consultas Populares Vinculantes. Centrar los esfuerzos en este tema, creo que es vital..."


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domingo, 5 de junio de 2011

TRANSFERENCIAS PERDIDAS Y CARENCIAS DE CIUDAD

“No hay mejor prevención de la enfermedad social (marginación, delincuencia, conflictos sociales) que una infraestructura de servicios que responda en cantidad y calidad a las necesidades culturales, educativas, deportivas y sociales”


Blanca Guinea .
(Responsablie del Área de Promoción del Instituto de Bienestar Social del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz)


…Y un servidor, sin ser responsable de ningún área, como ciudadano de a pie que he comprobado cómo funcionan los centros cívicos en otras ciudades con un número de habitantes similar a nuestra ciudad, doy fe de ello. Pero en Melilla, ni en cantidad ni en calidad. Carecemos de este tipo de recurso social y cultural.


Además de mi convencimiento del beneficio a medio y largo plazo en el aumento de los niveles de convivencia, educativos y preventivos que reportan a la población este tipo de infraestructuras, creo que Melilla tiene necesidad real de crear algún espacio (si hubiera posibilidad de que fuera más de uno) que ofrezca la posibilidad de llevar a cabo actuaciones preventivas, y promocionales encaminadas a aumentar la calidad de vida y el bienestar de los melillenses.


Básicamente, la programación de los centros cívicos se caracteriza por la diversidad de contenidos de sus actividades y la cobertura a los distintos sectores de población; todo ello dando respuesta a las necesidades y demandas concretas de cada una de las zonas de la ciudad.


La promoción de hábitos de vida saludables, la prevención de problemáticas sociales y el desarrollo de inquietudes y aficiones artísticas, manuales, etc., que a su vez faciliten las relaciones interpersonales y grupales, son los objetivos generales que persiguen estas infraestructuras.


La realidad en nuestra ciudad, es que ni siquiera los jóvenes disponen de estos espacios. Una mal llamada Casa de la Juventud que alberga las federaciones deportivas, no llega a ser un espacio real donde se desarrolle una programación estable de actividades anuales que propicien la participación juvenil. Para poder acceder a un espacio parecido a un centro cívico, tendremos que cumplir unos cuantos años para hacernos “socios del IMSERSO”…


Dejando a un lado las bromas, tenemos una carencia seria de espacios para propiciar el encuentro intergeneracional e intercultural dejando al albur el futuro relacional y convivencial de esta ciudad tan compleja y tan, cada vez más, fragmentada socialmente hablando. Seguramente esto obedezca a que no existe un proyecto de ciudad socioculturalmente hablando. A veces uno evoca tiempos pasados en los que se propiciaban espacios y actividades de una forma mucho más sistemática. Al menos, con la extinta Fundación Municipal Sociocultural, los veranos eran mucho más activos.


Siempre se ha hablado del problema de falta de espacio físico para poder dotar a la ciudad de este tipo de servicios y creo que se debe más a la falta de imaginación y voluntad que lo anterior. Con la cantidad de integradores, educadores, monitores, animadores, mediadores y con la cantidad de colegios e institutos que hay se podría buscar alguna alternativa de uso; y por otra parte existen varios edificios que podrían albergar este tipo de servicios.




El primero que se me viene a la cabeza es el edificio del Banco de España clausurado recientemente. ¿Por qué no? El Real Decreto 1385/1997, establece el traspaso de funciones y servicios en materia de juventud de la Administración del Estado a la Ciudad Autónoma de Melilla. Muchos melillenses desconocen (incluidos políticos) que, respecto al área de juventud, no se realizó ningún traspaso de bienes, ni derechos, ni personal, ni puestos de trabajo ni tampoco se valoró la carga financiera de las actuaciones transferidas, careciendo Melilla de cualquier Institución pública de apoyo, asesoramiento y demás funciones realizadas por el Instituto de la Juventud en Melilla.

Desde el año 1997 hasta la fecha nadie se ha preocupado, pese al esfuerzo realizado por el extinto Consejo de la Juventud de Melilla, que en su momento denunció este punto sin obtener ninguna respuesta ni por parte de la administración local ni por la estatal, lo que evidencia una vez más la falta de interés en algo que se puede considerar como un agravio comparativo con el resto de comunidades autónomas.


Igual que puedo imaginarme el cauce del Río de Oro cubierto, puedo imaginarme un equipamiento socio-cultural que ofrezca múltiples servicios y actividades abiertos a todos los ciudadanos y a todas las edades. Un espacio integrado (en un mismo conjunto arquitectónico) e integrador (que busca la cohesión y participación social).


Melilla no debe ser una excepción por que tiene recursos suficientes para dejar de serlo.


Otros edificios que podrían albergar este servicio público:


ANTIGUA RESIDENCIA MILITAR (Estado ruinoso)
Podría ser un buen proyecto para una Escuela Taller





EDIFICIO PODRÍAMOS LLAMAR "POLIVALENTE"








Por último, quería mostrar otra propuesta que hacen desde la Asociación Juvenil Melillense de Estudiantes Universitarios (AMEU). Apuestan por la creación de un gran Complejo de Ocio Juvenil en Melilla. Su proyecto se llama VICTORIA JOVEN.

Proponen reubicar en él a la Viceconsejería de Juventud, destinar locales para las Asociaciones Juveniles, crear locales de ensayo para los grupos musicales y un estudio de grabación, salas polivalentes y otras específicas para exposiciones, con una biblioteca y una videoteca, etc.

Una propuesta valiente y ajustada a las necesidades reales de falta de espacios y de participación  para la población juvenil melillense, tal y como he descrito al principio de este artículo.